A una diminuta isla mediterránea llega un activista político en busca de refugio, tras haber cometido un atentado. Allí se instalará para preparar su huida definitiva, entrando en contacto con los habitantes del lugar y manteniendo una apasionada relación con Julia, una joven infelizmente casada.
Partitura con música de aroma netamente mediterraneo que mantiene una tonalidad evocadora incluso cuando lo idílico se ha desmontado argumentalmente. La recreación paisajística se trueca hábilmente en la plasmación de los deseos y anhelos de Julia, sin que el cambio apenas se perciba. El compositor comienza expresando la belleza de la isla de Tabarka y aplica luego su música para arropar y aderezar el personaje, a quien se le dedica a máxima atención con bellísimas melodías.