Usuario: (manu) Manuel Monteagudo Lopez
Fecha de publicación: 11.08.2017
Tanna es una aproximación bastante interesante por las formas en la que se acerca al espiritu de Shakespeare , intentando demostrar que estas historias pueden acontecer en territorios inhóspitos, en este caso, una tribu de polinesia. El amor no tiene fronteras, y es algo que el film apunta en una dirección única, y pese a que la sencillez de su planteamiento no dé para mucho mas, consigue gracias a una esplendida fotografía y a cierta naturalidad de su reparto, que la experiencia sea satisfactoria, bonita y audiovisualmente conseguida.
Respecto a la banda sonora de Antony Partos resulta interesante que dé voz a las fuerzas de la naturaleza en la que habitan sus protagonistas. Es como si la música fuera un espectador, un dios de la naturaleza que ve todo desde arriba, y resulta curioso lo bien que se amolda a ella, dando un cariz místico que a la producción le viene de perlas, tanto por los exóticos paisajes como a la tragedia amorosa que acontece. Pongamos un ejemplo: durante un buen tramo de película no hay ni una sola nota musical, hasta que aparece la historia de amor entre los protagonistas, que es cuando empieza a tomar partido, y en la que los dioses, en este caso la música, ve con los ojos adecuados toda esta historia. También ofrece hostilidad cuando surge el conflicto (curioso resulta que cuando estalla la música ofrece un grito que parece de dolor) y ciertos retazos de una tragedia vaticinada desde los primeros compases (que es cuando aparece la voz de Lisa Gerrard, como si fuera un llanto) que explota en un bello tema final.
Por lo tanto, Tanna resulta una banda sonora atmosférica que cumple su cometido dentro de la narrativa del film, ofreciendo en la música un personaje más que, como nosotros, asiste como espectador a una historia de amor shakesperiano. Desde ahora, habrá que mirar muy de cerca al compositor Antony Partos por firmar una banda sonora muy acorde con el tono del film, y que además ofrece un punto de vista curioso y acertado que tiene el mayor de los sentidos una vez se visiona el film. Una composición estupenda, por no decir notable, que tiene una simbiosis con el film esplendido y que consigue manejar un tono acertadísimo y muy conseguido. Desde luego, si el objetivo es que te remueva alguna que otra emoción, lo consigue sin duda.