Un taxista acosado por las deudas acepta llevar a un hombre argentino hasta Gibraltar, y a ellos se une una chica en un viaje delirante con la promesa de un cargamento de oro perdido en los túneles de Gibraltar.
La compositora aplica una bienintencionada, amable banda sonora para el énfasis de la comedia. Se trata de una creación variada en temas que se aplican en casi todo momento en primer plano, intentando mantener un tono desenfadado y también sentimental a lo largo de un filme que avanza a trompicones y al que finalmente no puede ayudar. Tiene momentos elaborados y bellos y es sustancialmente ambiental.