Un integrante de los Caballeros Templarios y su grupo debe defender el Castillo de Rochester de las fuerzas del ejército del rey Juan I, en pleno Siglo XIV.
Banda sonora de grandes pretensiones y escasos resultados: el compositor pretende fusionar lo épico y espectacular con lo místico y religioso, combinando melodías grandilocuentes con temas corales gregorianos, pero sin alcanzar un punto de solidez estético o estructural. Es, naturalmente, eficiente, y se destaca por el tono celta del conjunto.