Teresa, hija de un hidalgo de Ávila, ingresa en un convento de clausura y desde sus muros inicia una cruzada de oración y sacrificio que la hacen primero una rebelde y más tarde una líder religiosa.
El compositor da un paso adelante en su brillante carrera en el cine con una valiente y pletórica creación dramática y lírica que se sustenta en su misticismo. La música toma forma a medida que avanza la película y la protagonista asume su condición, superando conflictos, dudas y miedos. Así, en un inicio, la música -expuesta en breves pinceladas- es el reflejo del dolor, el tormento y la confusión. Cuando la actitud de la joven Teresa se vuelve firme y determinada, así lo hace la música, que deviene en una auténtica explosión de liberación melódica, con exultante belleza y ternura.
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