Una vieja maldición aplicada por una bruja a sus antepasados se revive en una familia, que comienza a sufrir una pesadillesca tortura.
Curiosa pero plúmbea y latosa partitura de sonoridades electrónicas, muy elementales y algo desfasadas incluso para su tiempo, con la que el compositor recreó un ambiente críptico y agobiante. Se acompaña de Prey (78).