Ángela es una estudiante que prepara una tesis sobre la violencia audiovisual. Su director fallece de un infarto mientras visiona un video que halla escondido en la videoteca universitaria donde se ve la tortura y asesinato de una muchacha. Ángela se hace con esa cinta y, con ayuda de Chema, un estudiante, inician una investigación.
Partitura opresiva, realizada con sintetizadores y piano. El factor visual es determinante en la estructura musical del filme, con melodías que surgen a partir de las miradas de Ángela o de sus intentos por mirar algo que a ella misma le horroriza, de modo que la partitura es tanto la expresión de percepciones subjetivas como plasmación del horror, real y ambiental, en el que se encuentra, pero no reflejado explícitamente sino sugestivamente, logrando que sea la parte musical la que sirva de conexión entre lo que sucede y las emociones de los que ven la película.