Tres soldados estadounidenses regresan de Irak tratando de reintegrarse con sus familias, y adaptándose a la vida civil mientras luchan por olvidar sus duros recuerdos de la guerra.
El compositor firma una partitura ambiental con música electrónica e instrumentos acústicos, entre otros, para recrear el entorno desértico, vacío y desolador de la guerra. Es en este aspecto bastante rutinario y convencional, con un tipo de música muchas veces escuchada en esta clase de filmes, pero gana en interés en cuanto entra en los territorios dramáticos para explorar las impresiones emocionales y psicológicas de los personajes y resaltar sus sentimientos de desolación. Aún así, en su conjunto es monótona y poco concreta.