Dos arquitectos entran en crisis personal y profesional cuando sufren remordimiento por una obra que hicieron tiempo atrás en la que destruyeron bellas casas de madera por torres de cemento.
El compositor aplica una dulce, apacible y agradable creación emotiva y sentimental en la que incluye algunas canciones (muy bellas) que se integran en la narración como explicación de pensamientos y sentimientos de los personajes. En lo que respecta a los temas instrumentales, son cálidos y fluyen mansamente, generando una impresión de contenida nostalgia, moderado quiebro, y anhelo de liberación, que arropa a los personajes e involucra a los espectadores. Es una música muy expuesta, transparente, y honesta.