Las personas no son siempre el centro de atención del Universo. A veces lo son los relojes los verdaderos protagonistas. Este cortometraje relata la historia de cómo un reloj pudo parar el tiempo... sin pararlo.
Partitura de minimalismo maximalista: recursos mínimos para obtener la máxima expresividad musical. Orquesta de cámara y coros en una creación que se encoje y expande con fluidez y naturalidad, que fusiona lo mágico con lo misterioso, con enorme elegancia y sobresaliente tema principal, que en tan breve tiempo el compositor es capaz de repercutir. No se puede pedir más.