Un librero de Chicago sufre un desorden genético que le hace viajar en el tiempo cuando está bajo presión. Aunque ese desorden le hace desaparecer durante largos periodos de tiempo, él intenta llevar una vida normal con la mujer a la que ama, una joven heredera que intenta adaptarse a la situación.
Sencilla partitura romántica, en la que el compositor aplica música de tono algo nostálgico, pero elegante, para realzar el sentido del amor difícil, de las complicaciones del protagonista. Es la suya una música transparente y clara, sin mayores pretensiones, que mantiene de un modo expresamente estático (evoluciona muy poco), pincelando el filme con ese colorido. Junto a esta música, emplea la electrónica para los saltos en espacio y tiempo, con un motivo reiterado.