Tintin es enviado a los Balcanes para proteger a un despistado profesor, pero un criminal intenta capturarlo, y para ello secuestra a dos niños.
Quizás, la mejor partitura para un filme de la serie con el personaje de Hergé, al menos por escapar de la relativa monotonía que se aplicó en el resto de títulos (con el permanente cariz festivo). Aquí hay un mayor juego con la música, que también abarca el tono cómico, pero con mayor juego instrumental. Se incluye, junto con otras bandas sonoras, en el recopilatorio Tintin au cinéma (98).