Cuarta entrega de Toy Story (95), en la que aparece un nuevo y reluciente juguete con el que se arranca una nueva aventura.
El compositor remonta con creces los discretos resultados alcanzados en la anterior entrega y vuelve a la casilla de partida con una banda sonora de notable vigor y fuerza dramática, evocadora y por supuesto musical. La canción original You've Got a Friend in Me vuelve a ser el tema principal, y es empleada integrada en la música instrumental como referencia y narrativa. Dos canciones nuevas, I Can't Let You Throw Yourself Away y The Ballad of the Lonesome Cowboy, ambas notables, también son empleadas narrativamente, junto a una sucesión de temas que van relatando y enfatizando con energía la acción de los personajes y aderezan toda la película, y con una divertida referencia a una obra emblemática de Bernard Herrmann.