Videojuego sobre un joven espadachín que juró a su maestro en su lecho de muerte proteger la ciudad y su amado pueblo de cualquier tipo de amenaza. El samurái, sumido en la tragedia y el deber, debe enfrentarse a la vida, a la muerte y a sí mismo para seguir adelante.
Reseña de Manuel Báez:
No cabe duda de que Trek to Yomi ha sido uno de los grandes éxitos independientes del mundo de los videojuegos en 2022. Desde el punto de vista estético, tanto en el aspecto visual como en el musical, recupera el estilo de las películas clásicas japonesas del género de samuráis. Se trata de una historia de venganza, no exenta de filosofía, que recrea el viaje del héroe con un apartado artístico que hará las delicias de los aficionados al género y que claramente bebe en todos los aspectos del maestro Kurosawa y de uno sus principales compositores y mitos del cine japonés, Fumio Hayasaka (Shichinin no samurai, Rashomon...), Toru Takemitsu (Ran) y Masaru Satô (Sanjuro, Kakushi-toride no san-akunin…).
No es casualidad la elección de instrumentos tradicionales japoneses como el shamisen, el koto, los taikos o la flauta shakuhachi, así como las armonías y las melodías, completamente alejadas de la visión occidental y de la práctica común a la que tan acostumbrados están nuestros oídos. Es cierto que, en ocasiones, se utilizan determinados elementos sintéticos para crear ambiente, lo cuál no empaña el resultado final por su buena implementación. Todo esto redunda en un gran resultado que hará que el jugador se sienta en la auténtica piel de un samurái viajando a través del infierno del Yomi, haciendo de la experiencia algo tremendamente inmersivo: por momentos la música nos transporta a ese mundo ya desaparecido y tantas veces retratado por el director japonés.
Desde un punto de vista inmersivo la respuesta de la música funciona de forma fenomenal, pasando de la tranquilidad de los paisajes rurales japoneses a la tensión con fuerte presencia de la percusión en los duelos de espada, magníficamente recreados, o la tensión a través de movimientos atonales con gran crudeza para recrear la destrucción y la frialdad del Yomi, uno de los infiernos japoneses. Sin embargo, desde un punto de vista narrativo es bastante más plana. No existen motivos fácilmente reconocibles, apenas unos pocos, y estos suelen centrarse en la aparición de un personaje determinado o aparecer en un capítulo determinado para desaparecer posteriormente. Sí hay elementos musicales que buscan identificarse con personajes o con ideales (el deber, el honor, el amor o la venganza) o con el propio Yomi, pero no hay una elaboración de esos motivos ni una transformación de los mismos. Falta también mayor presencia de la melodía (pues la música tradicional japonesa, por mucho que no se base en la tonalidad occidental, no carece de melodía), lo que impide esa asociación temática que habría sido interesante construir con determinados personajes y sucesos a los que no me remitiré para no hacer spoilers.
Por último, es de lamentar que no exista edición fuera del coleccionismo puro y duro, pero se trata de algo comprensible por tratarse de un juego indie, si bien deberían haberse planteado una publicación física de la banda sonora, considerando el éxito que ha alcanzado tras su lanzamiento y la gran acogida de los medios. En definitiva, una gran banda sonora desde un punto de vista jugable, en el plano inmersivo y en la dramaturgia, con un sello de identidad muy marcado que remite a un pasado glorioso del cine japonés, pero que desaprovecha la posibilidad de tener un mayor papel narrativo en el viaje del héroe (o del demonio) que nos cuenta Trek to Yomi.