Tras la muerte de sus padres en un accidente de coche, dos adolescentes se instalan en casa de unos amigos de sus difuntos padres, pero pronto advertirán que el interés de sus adoptantes es la herencia.
El compositor sigue la línea tradicional del género del thriller, con envolventes melodías que se combinan con sonoridades electrónicas que aportan cierta frialdad minimalista, con las que se efectúan adecuados contrastes. Hay fragmentos de delicada belleza, pero el aire general es fatalista, muy dramático.