Fastuoso espectáculo que narra la vida desde la infancia hasta la muerte de Pu-Yi, el último emperador chino, recluido primero en su palacio y convertido después en preso reeducado de la Revolución.
Partitura coescrita con espléndidos resultados, tanto ambientales como dramáticos. En rasgos generales, Sakamoto escribió bellas melodías de cariz oriental, que sirvieron para la recreación geográfica de la historia. Byrne también incorporó elementos orientales en su música, y su creación dotó a la película de sus elementos más dramáticos, con solemnidad, y también para momentos bucólicos. La aportación de Cong Su fue menor: su música se aplicó diegéticamente y se basó en temas étnicos con finalidad realista.