Cortometraje documental sobre la vida de los bueyes almizcleros en el Ártico.
Hermosa creación con destacado empleo del violoncelo, que ayuda a crear texturas heladas, un tema principal sencillo y contundente que aparece tanto en la apertura como en el final de la película, grandes temas orquestales y pequeños temas íntimos con diseño de sonido electrónico y cuerdas.