Secuela de Moana (16). Tras recibir una inesperada llamada de sus antepasados, Moana viaja a los lejanos mares de Oceanía y se adentra en peligrosas aguas perdidas hace mucho tiempo para vivir una aventura como nunca antes se había enfrentado.
En una línea similar al anterior filme, la banda sonora de Mancina es vigorosa y simpática, con solvente música sinfónica extensa e intensa que es variada y que cubre eficientemente los ámbitos del énfasis de la aventura pero también los aspectos dramáticos y emotivos. No aporta nada especialmente destacable con respecto a la película previa, pero tampoco supone un estancamiento ni un retroceso. Las canciones, quizás, sean menos llamativas.