Secuela de Avengers: Infinity War (18). El Universo está en ruinas por las acciones de Thanos. Con ayuda de los aliados que quedaron, los Vengadores deberán reunirse una vez más para intentar deshacer sus acciones y restaurar el orden.
Esta es una banda sonora consecuencia y derivación de las anteriores de esta saga, y el compositor la lleva a un nivel de epicidad, dramatismo y especialmente lirismo extraordinario. Es cierto que en el filme hay mucha desproporción, todo es demasiado abrumador y que apenas deja espacio para que la música no referencial pueda asentarse, pero no es menos cierto que todo funciona casi a la perfección. Hay muchÃsima música -el filme está prácticamente lleno de ella- y naturalmente no poca de ella es de temas secundarios para las acciones, pero la gran amalgama de temas queda perfectamente sólida gracias al uso vertebrador del tema principal ya conocido de Silvestri, que se a aplicando fragmentada o motÃvicamente a medida que los Vengadores están en el camino de reconstituirse, hasta que la melodÃa explosiona para expresar que finalmente reaparecen como el grupo de superhérores.
Pero este tema, pese a ser el conocido y el esperado, y también pese a ser evidentemente el principal, no es el que tiene mayor relevancia dramática, pues el compositor inserta durante el filme otros que son aplicados para humanizar a los personajes, para resaltar sus aspectos menos heróicos y más comunes, con los que los espectadores pueden indentificarse y con los que explicarlos mejor en sus propias debilidades. Estos temas musicales, por la abundancia de otras músicas menores y por el frenesà del propio filme, acaban sirviendo más para lo inmediato que para explicar realmente a sus personajes, a los que finalmente la música de alguna manera deja algo de lado en beneficio del tema principal, que queda asà por encima hasta que llega la resolución final, muy emotiva y hermosa, con un tema que aparentando ser para tributar a uno de ellos acaba siendo para todos ellos, y que en ese punto consigue, por vez primera y aunque solo de manera puntual, imponerse al poder del tema de los superhéroes.