Una bailarina de discoteca roba un alijo de pastillas y comienza a ser perseguida por mafiosos, refugiándose en un bloque de apartamentos con su hermana y su sobrina. Una vez allí las tres descubre que unas fuerzas sobrenaturales malévolas poseen el edificio.
La compositora intenta dar coherencia y cierta unidad a una película que es un pastiche de géneros que no acaba de cuajar: el terror, la acción, el drama, el humor negro, todo ello formando un amasijo algo excesivo y desequilibrado, que es trasladado al terreno musical con resultados irregulares. La parte más brillante es la que concierne a lo mágico y esotérico, con notable uso de voces y coros, y músicas llamativas que se plantean sólida y eficazmente. La parte dramática, sin embargo, no acaba de encontrar su espacio entre tantas otras músicas debido a su carácter más delicado e íntimo.