Un hombre vive con su familia en su granja, pero cuando estalla la Segunda Guerra Mundial y la gente comienzan a respaldar el nazismo, no se dejan arrastrar por la corriente mayoritaria. Se resiste a prestar juramento a Hitler y se convierte en el primer objetor de un mundo de ferviente nacionalismo y creciente ideología de odio.
El compositor aplica una hermosa creación de sencilla estructura temática y dramática: un gran tema principal con el rotundo protagonismo del violín que es desarrollado a lo largo del filme como expresión de la determinación del personaje por mantener su integridad moral y su espacio existencial. Es una melodía cautivadora, a ratos de determinada fortaleza y en otros de delicada fragilidad, que aporta luz a la oscuridad del entorno y que le da una entidad magna, quizás algo excesiva, al resto del filme. Junto a los temas preexistentes -no del todo justificados- da al conjunto un aire y tono sacramental.