Sherlock Holmes y su amigo, el doctor Watson, están es Escocia para intentar resolver un caso relacionado con el monstruo del Lago Ness.
Espectacular y radiante partitura en la que el compositor, por petición del director, hizo uso del Violin Concerto (53) tanto para la adicción de Holmes, su melancolía, su enamoramiento y también para referenciar al monstruo del lago Ness. Con todo ello aportaba enorme solidez dramática al personaje y contribuía a expandirlo. Un hermoso vals romántico y temas ambientales y dramáticos complementan y sirven de apoyo, si bien la severa reducción de metraje que sufrió el filme afectó a la narrativa y desarrollo de la música.