En París, en pleno siglo XIX, un prestigioso inspector de policía es muerto por un macabro asesino en serie. El biógrafo del fallecido intentará reconstruir las pistas y los datos que había recopilado el policía.
Elaborada y sofisticada partitura que es consecuente con la estética del filme, eludiendo referencias históricas y primando la recreación de ambientes de terror gótico. Mantiene una impresión de constante y violento caos, con angustiantes melodías surgidas de sintetizadores, orquesta y de coros imponentes que le dan al conjunto un tono cercano a lo religioso. El compositor cabalga entre lo sugerente y lo explícito, sin provocar alteraciones bruscas, aunque peca de algún que otro exceso, como el recurso puntual al heavy-metal, del todo innecesario.