Una mujer ejecutiva se ve implicada en un fraude millonario hecho bajo su nombre. Además, su mejor amiga es encontrada asesinada en su apartamento, convirtiéndola en la última persona que la vio con vida.
En su primera película no española, el compositor despliega con exquisita eficacia todos los recursos y modos de la música del género del thriller norteamericano. Lo hace en base a un doble nivel dramático que se alterna y fusiona y con el eje de un muy poderoso tema principal que conoce algunas repercusiones.
La música de acción ocupa uno de los dos niveles dramáticos de la partitura. Se trata de una sucesión de temas eficientes y virtuosos, que aportan grandes dosis de frenesí y adrenalina y que, aunque diferentes entre sí, conforman una unión sólida que se posiciona claramente como elemento hostil y enemigo de la otra música. Esta otra es la aplicada para lo dramático y personificada en un más que brillante tema principal de tono moderadamente sinuoso y ambiguo que resalta la fragilidad de la protagonista y expone en determinadas partes su aflicción. Este tema principal es constantemente atacado por las otras músicas y, aunque no se produce un duelo tema-contratema, sí tiene lugar una lucha por el dominio del espacio dramático. Otras músicas, menores, ayudan al tema principal en su pugna por sobrevivir al acoso y derribo.