Un arquitecto siente cómo avanza una enfermedad gástrica a la par que en su mujer se gesta una nueva vida.
Reseña de Pablo Vázquez:
Esta es la única banda sonora del período Greenaway-Nyman que no compuso este último,. La razón: mientras el director preparaba este filme, Nyman ya tenía compuesto el material, pero Greenaway le dijo que sería un americano, como el protagonista, quien escribiría la partitura. Se escogió a Glenn Branca, que finalmente solo hizo la música adicional, y luego el proyecto pasó a manos de Mertens, que creó una partitura en la que predominó un piano (no minimalista, como es habitual en el autor), en temas comerciales y no tan clásicos, e incluso uno con guitarra clásica; en tanto que los de Branca son con guitarra eléctrica y sintetizador. El resultado es el de una buena música que, sin embargo, no da el pego con una sola secuencia de la película.