Un funcionario lleva una vida monótona y gris. Pero cuando sabe que padece un cáncer, surge en él la necesidad de buscar un sentido a la vida.
Una de las mejores creaciones de su autor y del cine del director, se trata de una partitura lírica, bellísima y llena de ternura. Parte de un tema inicial duro y amargo, pero poco a poco se transforma a la par que lo hace el personaje, a quien trata con enorme ternura. Se incluye, junto con otros temas, en el recopilatorio The Film Music of Akira Kurosawa (91).