En el Siglo XVIII, un cartógrafo llega a Transilvania y encuentra un pueblo donde sus habitantes viven refugiados, aterrorizados por una fuerza maligna que les acosa...
Notable creación sinfónica en la que el compositor aplica una música de cuidada intensidad en lo dramático y en lo ambiental. Recrea eficientemente el entorno de terror, pesadillesco y poderoso, y lo contrasta con música lírica y emotiva, en una lucha entre el Mal y el Bien, entre la Oscuridad y la Luz, por imponerse, todo ello con un aire clásico y conservador. Los bandos musicales están bien definidos y en cierta manera, a medida que se desarrollan, se retroalimentan, ganando ambos fuerza y poder, en un combate que se mantiene en igualdad de condiciones hasta prácticamente el final, una melodía liberadora pero agotada. Es musicalmente muy atractiva pero le falta solidez estructural en su temario, en tanto la ausencia de temas concretos que lideren ambos aspectos diluye su poder narrativo.