Un empresario portugués que se dedica a negocios poco claros y que es amenazado deja a su hija bajo la protección de uno de sus empleados. A partir de ese momento todo se complica: el amor y la violencia se ceban sobre ellos.
Partitura que sigue algunas de las pautas propias del género del cine negro, con melodías a medio camino entre lo intrigante y lo sensual, con las que establece el entorno ambiental del filme. Destaca especialmente por el cuidado que pone en la descripción melódica de una latente fatalidad que solo es resuelta mediante la inserción de un tema de aire portugués, de acuerdo con la nacionalidad de un personaje. Esta es una banda sonora muy elaborada y nada efectista, en la que el compositor sacrifica toda contundencia musical y orquestal en beneficio de la evolución dramática, que es precisa y coherente, de tal modo que su magnífico final es la consecución lógica de lo planteado en su prometedor arranque.