Un hombre que trabaja de payaso para fiestas, cansado de su trabajo, acusado de violacion por una clienta y metido en muchos chantajes, decide tomarse justicia propia y organizar una sangrienta venganza.
El compositor aplica una partitura que desarrolla en dos frentes: por un lado, música ambiental jazzística que no sirve solo para acompañar el entorno sino para recrear una sensación de cierto desorden. Frente a ella, música aplicada al personaje, que se sustancia en temas ásperos y dramáticos, que realzan su soledad y vacío existencial.