Serie televisiva sobre un cazador de monstruos mutante que viaja en pos de su destino por un mundo turbulento en el que, a menudo, los humanos son peores que las bestias. Adaptación de la saga literaria de Andrzej Sapkowski.
Reseña de Ignacio Marqués Cuadra:
Si bien esta primera temporada de la serie adapta desde cero los primeros relatos de la saga literaria de Andrzej Sapkowski resulta inevitable la comparación con la música para los videojuegos, fundamentalmente la escrita para The Witcher 3: Wild Hunt (15) de la que se aprecian muy evidentes influencias en la música de la serie. Donde resulta más obvio es en el tono folclórico eslavo que en el videojuego contribuía con creces a construir de un modo sólido y genuino todo su mundo medieval y de brujería que, a fin de cuentas, era el verdadero ADN de la banda sonora con una música sumamente original, bien hecha y que construía muchos elementos escenográficos y de personajes del videojuego, llegando a convertirse en una banda sonora de referencia en su género.
El resultado en esta versión televisiva no solo resulta considerablemente inferior por lo poco homogénea que acaba resultando -teniendo que convivir con numerosas canciones y músicas dramáticas o de acción convencionales que la acercan a un tono más comercial- sino que además está aplicada de una manera demasiado confusa, narrativamente muy dispersa. Esto se debe, en parte, a lo caótica y desordenada que es la propia serie contando las historias, lo cual no facilita un desarrollo narrativo y de personajes lo suficientemente sólido, pero también por lo sumamente débiles que son a nivel musical esos temas centrales y el uso parcheado, tan confuso y poco explicativo que se hace de ellos en muchos capítulos y que, finalmente, solo consiguen ser meramente expositivos y de recreación ambiental porque a nivel narrativo pocas veces logran su propósito. Habrá que ver cómo prosigue en la segunda temporada pero partiendo ya de una base tan poco sólida parece difícil que los compositores puedan hacer despegar la serie a nivel musical más allá del parcheo, las concesiones comerciales y el mero esteticismo imitando la música de los videojuegos.