Compartimos cuatro breves clips de la Film Music Foundation en la que cuatro compositores (Christopher Young, Gabriel Yared, Laurie Johnson y Howard Blake) hablan sobre Bernard Herrmann.
1.- Christopher Young: la reacción en cadena
Young explica que su primer contacto con Herrmann fue con alrededor de 17 años, cuando en una tienda de discos vio el LP The Mysterious Film World of Bernard Herrmann (76). Confiesa que en ese momento no sabía lo que era la música de cine, creía que no iba más allá de las canciones de obertura de las películas de James Bond, pero nunca prestó atención a las músicas en el cine. Al poner en casa ese LP se le abrió un mundo: una reacción en cadena, lo define.
2.- Gabriel Yared: oir lo que se ve, ver lo que se oye
Dos películas de Hitchcock le impactaron cuando solo tenía catorce años: Marnie (64) y Psycho (60). Explica su sensación: No puedo ver imágenes sin prestar atención a lo que estoy oyendo. Oigo las imágenes, tal y como puedo ver la música y subraya que ambos filmes le generaron máximo interés por sus músicas. Es un devoto de Herrmann y no lo distingue de clásicos como Bartok o Stravinski.
3.- Laurie Johnson: la furia del gatito.
Comienza explicando la famosa anécdota de la música para la escena de la ducha en Psycho, sobre cómo Hitchcock no quería música pero Herrmann la puso y cuando se la enseñó y al director le encantó, el compositor le recordó su decisión inicial: decisión inadecuada, sentenció Hitchcock. Bernard Herrmann entendió todos los aspectos de la creación cinematográfica, explica Johnson. Cita otra anécdota: un director le dijo Bennie, quiero que me des una película mejor que la que diste en Citizen Kane. Y el compositor le respondió: enséñame una película mejor que Citizen Kane y me lo pensaré. Hasta entonces, adiós. Cuenta otra: cuando Johnson escuchó su cantata Moby Dick (33) le dijo que se parecía mucho a la música de The Ghost and Mrs. Muir (46). Eso le enervó un poco: Bueno, ambas han sido escritas por el mismo tipo, ¿no?. También cuenta algunas extravagancias de Herrmann, de cuando residía en Londres: compró un abrigo grande y pesado para protegerse del frío de la mañana pero tuvieron que ir en su auxilio porque por el peso se colapsó, o que se empeñó en comprar un bastón con un sable oculto por si le atacaban en la calle...
Ambos se conocieron y entablaron amistad a finales de los años cincuenta del Siglo XX. Johnson habla de su legendario mal humor, pero lo atribuye a que era muy intolerante con opiniones poco fundamentadas sobre su trabajo. Con él, explica, era un gatito, al que le gustaba mucho la vida familiar. Colaboraron ayudándose durante las grabaciones: cuando uno dirigía, el otro controlaba en la cabina, y Johnson formó una fructífera asociación con él en la última etapa de su carrera.
4.- Howard Blake: Herrmann necesita trabajar
Blake compartía agente con Herrmann, lo que facilitó un encuentro entre ambos. Para Blake fue un sueño: había visto Citizen Kane (41) al menos cuarenta veces. Fueron a almorzar y Herrmann le preguntó ¿Puedes tocar el theremin?. Le contestó que no, y Herrmann le preguntó si en Londres había algo parecido a un theremin, y Blake le explicó que acababa de comprar un sintetizador Moog, con el que podría conseguir lo mismo. Fueron a su casa y a Herrmann -que nunca había visto uno- le encantó. Le pidió tocarlo para Twisted Nerve (68) y hacer unos arreglos jazzísticos del tema principal.
Cuenta una anécdota importante: cuando preparaban Sisters (73), en la que Blake volvería a hacerse cargo del sintetizador Moog, le preguntó a Herrmann si realmente quería hacer esa (a su juicio mala) película. Herrmann se puso a llorar: Howard, yo necesito trabajar, ¡necesito trabajar! Explica lo que sucedió en Frenzy (72), aunque Blake se confunde y atribuye la partitura rechazada de Henry Mancini al siguiente filme del director, Family Plot (76). La música de Mancini fue rechazada, según cuenta, porque Hitchcock se lo dejó claro a Mancini en cuanto fue a la primera sesión de grabación: Si yo hubiera querido una música a lo Herrmann, le habría dado el trabajo a Herrmann. Ron Goodwin apareció para ofrecerse como alternativa para modernizar el filme y darle un aire más propio de los nuevos tiempos, algo que enfureció a Hermann en cuanto lo supo.