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DANNY ELFMAN EN BARCELONA

15/05/2016 | Por: Conrado Xalabarder | 1 comentario
CRONICAS

POR CONRADO XALABARDER y MARIO PONS SANSEGUNDO

A) CONRADO XALABARDER

Este fin de semana Danny Elfman ha pasado por Barcelona para participar en el concierto de sus músicas para las películas de Tim Burton, con el que ha hecho gira por muchos países y que por primera vez ha incluido al nuestro en su ruta.

Su presencia en el concierto no se confirmó hasta hace apenas un par o tres de semanas. Visto el concierto, se me hace inimaginable lo que sería sin él de cuerpo presente, puesto que su participación ha resultado un éxtasis: Elfman, además de un magnífico compositor cinematográfico, es todo un showman.

Vamos por partes. Lo primero es que ha sido un espectáculo, no un concierto a la manera tradicional sino un show que rinde tributo a algo tan magno como la música en el cine, personalizado nada menos que en la figura y obra de un compositor de Clase A. Este concierto es un espectáculo hecho para impresionar y deleitar, más tipo show Las Vegas que lo que se corresponde a una sala de conciertos seria, pero no quiero ser ofensivo: nunca he estado en Las Vegas y cualquier antro que dé cobijo a buena música es automáticamente un sitio serio. Pero no ha sido este el concierto clásico de sentarse en la butaca y esperar que el buen oficio de la orquesta y de la acústica del auditorio haga el resto. Este ha sido un concierto 100% amplificado, 100% escuchado desde bafles y no desde el escenario. No es esto para lo que los auditorios se han creado, y desde luego no L'Auditori barcelonés. ¿Acaso falla algo en la música de Elfman para que tenga que ser ayudada con amplificaciones?. Hay instrumentos que las necesitan (el theremín, por ejemplo), pero ¿eso obliga a que toda la orquesta tenga que ser amplificada?. Lo planteo no como una crítica negativa sino como una pregunta que dejo abierta: ¿todos los conciertos de música que hagan uso de instrumentos que necesiten amplificaciones condenan a toda la orquesta a ser amplificada?

Aceptado no como concierto tradicional sino como show Las Vegas que es, supongo que los dos fallos en los bafles que se han escuchado al menos en el concierto del domingo equivaldrían a dos desentonos de trompeta... permítaseme entonces opinar que por preferir, preferiría escuchar los más naturales desentonos de trompeta... pero es un show. Y si el sustituir el sonido natural del escenario por el amplificado y, creo, bastante homogéneo de los bafles ayuda a dar grandilocuencia (que no grandeza, que eso la tiene o no la música, y en este caso sí la tiene), pues bienvenido sea.

Pero entonces si es un show, ¿por qué el elemento visual ha sido tan decididamente pobre? Los vídeos proyectados (fotos de esbozos de dibujos y fragmentos de películas) han ido acompañando el concierto según sus bloques, pero no ha habido armonización alguna con la música, pese a algún intento de aparentar que se estaba acompasando las imágenes. Cortes bruscos, escenas mal escogidas (¡personajes hablando entre sí, naturalmente sin ser escuchados!), y absolutamente ninguna empatía música/imágenes, cada una a su rollo. Como consecuencia: un mero relleno, no una integración de los vídeos en la fiesta musical. Por casi 60 euros que costaban las entradas, se podía haber traído este importante elemento algo más trabajado.

Ha habido momentos en el concierto que no han estado a la altura de lo esperado, no sé si por falta de ensayos o por alguna otra causa. Pero así como Mars Attacks! o Batman han sido una gozada, creo que Big Fish y Edward Scissorhands han estado más en una zona de grises... no he visto un equilibrio en el conjunto del concierto, y sí algunos bajones. Pero esto es algo muy personal, seguramente rebatible por otros, por lo que simplemente lo expongo como opinión y ni siquiera remotamente como sentencia. En cualquier caso, todo resuelto en cuanto el gran showman Danny Elfman, a sus 63 años, ha tomado el micrófono para hacerse con el absoluto protagonismo de su propio concierto. Y, no se me enfade nadie, aquí sí un back to Las Vegas de primer orden, un espectáculo espléndido.

Desde mi punto de vista (expuesto, entre otros sitios, en el editorial Prohibir la música) creo que este tipo de espectáculos agrandan más la brecha que separa la música de cine con respecto a la musicología, agregados y en definitiva el reconocimiento de la música de cine: un show para el divertimento, nada relevante, no vale la pena ni considerarla seriamente (¡No-lo-digo-yo!!!, precisamente mi lucha es contra eso). Aunque es sabido que en realidad pienso lo mismo de un concierto de música para cine serio, ortodoxo, formal y sin bafles...

... pero luchar contra esto es como hacerlo contra molinos de viento, y yo mismo he dado esta batalla tan por perdida que ni siquiera intento -ni quiero intentarlo- convencer a nadie. Me basta con exponer mis razones. Y me rindo ante la más que constatable evidencia de que esta música (de cine) en el contexto del concierto (de música para cine) da alegría, placer y felicidad a gente tan cualificada como quienes la objetan. Y ante eso uno está más guapo callado.

Mi nota: 7/10

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B) MARIO PONS SANSEGUNDO

Finalmente, he llegado a ver a Danny Elfman, aquí en la preciosa ciudad de Barcelona. No he estado muchas veces en l'Auditori ni he escuchado la OBC numerosas veces, pero sí recuerdo salir del lugar con una sonrisa del lugar, siempre.

Hoy, el concierto era mucho más especial. Danny Elfman, gran compositor, mejor persona, ha asistido para deleitarnos con varias de sus bandas sonoras, todas ellas, colaboraciones con el director Tim Burton: desde Edward Scissorhands hasta Corpse Bride, pasando por Big Fish, Alice in Wonderland y la grandiosa The Nightmare Before Christmas.

Puesto que es mi primer comentario dedicado a un concierto, dudo que sea tan relevante y grandioso como lo es la magnitud del concierto al que en esta crónica nos estamos refiriendo pero siempre se comienza por algún lado y qué mejor momento que el eufórico en el que me encuentro en el día de hoy.

La primera parte del concierto, dedicada a las películas con las bandas sonoras quizá menos conocidas o menos espectaculares del dúo Tim Burton-­Elfman (siempre hablando respecto a la segunda parte, por supuesto y obviamente, hecho aposta para que el verdadero espectáculo sea en la segunda mitad), ha durado 35 minutos. Mientras he encontrado bastante mal que utilizaran imágenes de todas las películas mientras sonaba Charlie and the Chocolate Factory y que no le hayan dedicado cierta exclusividad como han hecho con el resto, la primera parte ha sido con total certeza la que se ha hecho más larga para todos los espectadores, y eso que duraba la mitad que su siguiente parte. Sí ha habido momentos de bajón como por ejemplo en Sleepy Hollow y también ha sido bastante pésimo (y aquí estaré en el mismo bando de Conrado) el uso de las imágenes y la mala sincronización entre imágenes de la mayoría de películas. En mi opinión, el concierto hubiera sido mucho mejor con ese punto arreglado. Pero no he visto nada más que pueda estropear este magnífico concierto.

La segunda parte ha sido una absoluta maravilla. Empezando con la acción de Planet of the Apes, me he ido incorporando hacia delante en mi butaca (literalmente) hasta casi arrancar a llorar con Edward Scissorhands, donde la sincronización entre imágen y música ha sido en mi opinión maravillosa, por supuesto alcanzando el clímax en el momento del baile bajo la nieve producida por las esculturas de Eduardo.

Corpse Bride podría haber sido magnífica si Danny Elfman hubiera salido a cantar alguno de sus temas como uno de los esqueletos y si la pianista, que no se si había practicado poquísimo o es que directamente es mala pianista, algo que por supuesto dudo, hubiera hecho un mejor Victor's Piano Solo, que en mi opinión ha sido lo peor del concierto.

Y entonces, ha llegado el momento cumbre, el esperado por todo espectador: la aparición de Danny Elfman y su extraordinaria suite para The Nightmare before Christmas. Si alguien tenía alguna duda sobre si Elfman es o no Jack Skeleton, después del concierto, no puede tener ninguna más. Lo tiene prohibido!

Danny Elfman es Jack Skeleton! Se mueve como él, ídem para las expresiones faciales que pone, una grandiosa e increíble maravilla. Me parecía estar viendo el personaje en la película y eso es algo remarcable. Un puntazo también el What's This? con la escena en pantalla y todo bastante bien acompasado y sincronizado.

Un concierto maravilloso, sin duda. Con algunos fallos sobre todo en la pianista, en algunos temas flojos de la primera parte y en la puesta de imágenes en pantalla, bastante insípidas y sin venir a cuento la mayoría de ellas, también sobre todo en la primera mitad del concierto. Hoy, por eso, quiero hacer hincapié en algo que jamás habría esperado ni imaginado. No soy muy bueno en matemáticas pero me ha parecido ver unas 1000­1500 personas haciendo una cola que era para que el buenazo de Danny Elfman firmara o se hiciera foto con ellos. Mis esperanzas eran mínimas. Yo ya lo había visto antes del concierto y estaba satisfecho pero siempre quiero más, en cuanto a firmas o fotos con compositores se refiere. Me hace, simplemente, muy feliz. Pues Danny Elfman salía, veía la cola (que llegaba hasta donde mis ojos no podían ver) y empezaba una tarea que le llevaría aproximadamente entre 60­90 minutos, algo que creo que él sabía que si empezaba, debía acabar: firmar y hacerse una foto con cada una de las personas que había en la cola. Impresionante. Apoteósico. En ocasiones, en la primera media hora, incluso parecía ser que su agente le daba prisas o le preguntaba si estaba seguro de que quería continuar firmando y él, gesticulando con sus manos, pedía que vinieran más personas a recibir sus firmas y fotografías. Jamás había visto algo tan espectacular en un compositor.

Como curiosidad, en mi encuentro con él, mientras me firmaba y me hacía un par de fotografías más con él, le he dicho que era genial que esperara tanto tiempo por tanta gente y me ha respondido que es la primera vez que ve una cola tan larga para firmas en su vida y que probablemente eso le había animado a seguir ahí. “Estoy encantado con Barcelona, espero poder volver” ha dicho en su idioma natal por supuesto, a lo que yo he respondido: “Please!”. Al final, su agente también se ha animado e incluso me ha preguntado por mi momento favorito en el festival y ha dicho que suena genial poder volver a Barcelona, algún año. Quizá se lo han pasado mejor ellos que los espectadores del concierto!

Mi nota: 8'5/10

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Usuario: Tomás Jerez Serrano
Fecha de publicación: 16.05.2016
Yo tuve la suerte de poder asistir al concierto del domingo y, en general, coincido con las valoraciones de Conrado y de Mario, pero me gustaría añadir un par de apreciaciones propias:

La poca cantidad de material visual imagino que se debe a un tema de presupuesto, pues los derechos de las imágenes deben ser costosos; pero la mala calidad del montaje (con excepción del "What's this") no tiene justificación. No obstante, es la primera ocasión en la que asisto a un concierto con proyección de imágenes y, personalmente, me han dificultado centrarme en la música, desviaban mi atención de lo que era verdaderamente importante. Creo que sigo prefiriendo un concierto más al uso que no un show tipo Las Vegas.

Por otro lado, me disgustó oír ciertos sonidos grabados en las piezas de Charlie y la fábrica de chocolate y en El planeta de los simios (en esta última, además, me pareció advertir cierto desacompasamiento entre la orquesta y lo grabado). ¿Era necesario usar esas grabaciones para que sonara igual que en el disco? ¿No hubiera resultado mejor hacer una versión para el concierto en el que la orquesta supliese esos elementos sintetizados?

Por lo demás, un concierto maravilloso, en el que disfruté especialmente con Sleepy Hollow, Batman, Eduardo Manostijeras y, por supuesto, con la apoteósica presencia de Elfman en Pesadilla antes de Navidad.
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