En el Facebook de MundoBSO, nuestro amigo Enrique Díaz ha comentado, a propósito de las nominaciones a los Premios Goya que se han anunciado hoy:
¿Tiene la misma dificultad la composición de la banda sonora de un documental que de una película?... a mi juicio no, pero el hecho es que hay un documental entre las cuatro cintas nominadas al Goya a la mejor música original, aparentemente buena por lo poco que he escuchado de ella, pero..
Se refiere a la nominación que ha obtenido Santi Vega por El teatro de más allá, un documental sobre las culturas precolombinas en el Perú. Curiosamente, es la segunda nominación del compositor, y la primera lo fue por otro documental, Eyengui, el dios del sueño (03).
En cualquier caso, quisiera hacer unas cuantas consideraciones y abrir turno de palabra y debate, para quien guste de participar:
- Todo premio, en cualquier categoría, es una suerte de cajón de sastre, donde compiten trabajos que son incomparables: que los cinco compositores (cuatro, en el caso de los Goya) hagan LA MISMA película y entonces será más justo seleccionar el mejor.
- Sin generalizar (cada película es un reto lleno de dificultades, cada documental también) son disciplinas diferentes, aunque tengan puntos coincidentes. En este sentido, ciertamente una banda sonora de ficción no debería competir con una de no ficción, si bien no son pocas las bandas sonoras de documental que contribuyen deliberadamente a ficcionar aquello que se está contando, bien sea tomando una postura o actitud (opinión, por ejemplo), bien sea dramatizando, desdramatizando o aportando elementos no explicados en el documental (referencias externas, por ejemplo)
- Es posible que las estructuras musicales de los documentales sean (en términos generales) más sencillas que en los filmes de ficción. Suele ser así, aunque nos encontramos de todo. Pero no es menos cierto que la música de un documental suele estar mucho más expuesta, en primer plano, y sosteniendo más carga durante más tiempo. Una música mal hecha, mal distribuida, mal narrada puede destruir el documental. En el cine puede también destruirlo, pero no estando tan expuesta, es posible disimular errores.
- El compositor que escribe para un documental, como el que lo hace para la ficción, no debería ser un empapelador, un gondolero que adorna o añade un hilo musical al documental. El compositor tiene, debe tener siempre un compromiso, una actitud. Especialmente en el documental, el compositor es la mirada y la voz en off del director. En el cine no necesariamente. En el documental, casi siempre.
- Por estas razones, hay que revalorizar y mucho el trabajo de los compositores en el género del documental, que no es musicalmente un género menor sino simplemente diferente.
Abro el tema pero no lo cierro. Hay mucho de que hablar sobre la música en los documentales. Espero poder contar con la participación de compositores que hayan trabajado en el medio.