El pasado 18 de febrero el director de cine español José Luis Cuerda falleció a los 72 años. A su paso por el cine ha dejado películas de capital importancia, como El bosque animado (87), la mítica Amanece, que no es poco (88) o la muy hermosa La lengua de las mariposas (99). Esta película generó en su momento polémica al saberse que tuvo una imponente banda sonora de Ángel Illarramendi que fue rechazada y reemplazaa por otra de Alejandro Amenábar, algo que hasta entonces no era inédito pero que sí fue expuesto y comentado públicamente -con repercusión- por vez primera en el cine español. Con la lamentable muerte del director se ha recordado ese episodio y se ha generado en Facebook un breve pero muy interesante debate con dos posturas encontradas que traemos a MundoBSO para exponerlas, comentarlas y sobre todo almacenarlas para que puedan servir de referencias.
El rechazo de la música de Illarramendi no fue dado a conocer por los responsables del filme y el compositor mantuvo este incidente de modo discreto y también secreto. Contractualmente -se sabría después- si quería dar salida a la música descartada lo habría de hacer sin que constara referencia alguna al filme, algo que por otra parte es lo habitual cuando se producen rechazos. Antes del estreno (que tuvo lugar el 24 de septiembre de 1999), cuando ya se sabía que Amenábar era el responsable de la música, se lanzó el tráiler del filme (adjuntado al final de este artículo) Cuando lo ví, me llevé una enorme sorpresa: era más que evidente que esa música era de Illarramendi y puesto que no era la música de alguna obra previa suya, solo podía concluir que la había escrito para el trailer, lo que era absurdo, no tenía sentido. Entonces llamé por teléfono a Illarramendi para preguntarle y me lo explicó todo, supe de su disgusto enorme (también por el uso que hicieron de su música en el trailer) y de las presiones que sufrió para que no se diera a conocer este asunto ni por supuesto para que esa música se diera a conocer relacionada con la película.
Illarramendi me explicó que Cuerda le había manifestado que estaba encantado con la música, pero algo cambió en algún momento y la música pasó a ser inadecuada. Desconozco si fueron presiones de Fernando Bovaira, el productor, o del propio Amenábar o si Cuerda cambió legítimamente de parecer por la razón (legítima) que fuera. Lo que me pareció en su momento inaceptable es que se pretendiera impedir que la gente (no solo los aficionados) supieran que su maravillosa música -que Illarramendi me dio a conocer en privado- había sido escrita para la película de Cuerda. ¿Cuál era el problema? ¿A qué temían? Varios años atrás, en 1993, Jerry Goldsmith estrenó mundialmente en Sevilla la banda sonora rechazada de Alex North para 2001: A Space Odyssey (68), por lo que consideré que no tenían por qué pasar años para que se conociera lo sucedido y especialmente la música rechazada, sin por ello cuestionar ni la película final, ni su música ni tampoco al director. Animé a Illarramendi a que editara la banda sonora, algo que por otra parte él ya quería hacer. Sin mención alguna a La lengua de las mariposas el sello ya extinto JMB (de José María Benítez) publicó el álbum Illarramendi: una historia reciente, presentado como una nueva obra suya de concierto. En marzo de 2000 saqué la reseña en la revista Fotogramas:
Más allá de destacar una música exquisita quise cumplir con lo que consideré una obligación y de algún modo una reparación e informar. Debo decir que Illarramendi no me lo pidió, sino que fue por iniciativa propia. No recuerdo el grado de implicación de Benítez -éramos muy amigos- pero conociéndole seguro que estuvo encantado de que esto se supiera. Hoy, en 2020, todo este asunto puede parecer una tontería, pero en aquél entonces esta reseña levantó una buena polvareda. En ningún caso (repito: en ningún caso) se trataba de desconsiderar lo hecho por Amenábar ni desde luego desdeñar una película que fue, es y seguirá siendo una gran película también gracias a su música.
Hasta donde yo sé, Illarramendi no habló públicamente de este desagradable asunto hasta el I Festival Internacional de Música de Cine de Úbeda, allá por 2004, cuando alguien le preguntó en su charla. Allí explicó lo que he explicado del tráiler, mi llamada, etc. Y asunto cerrado. Ni Illarramendi es el primer compositor al que se le rechaza la música ni será el último. Pero esa fue la primera vez que se hablaba públicamente de este tipo de asuntos: curiosamente, en el mismo año sucedía también (más enrevesadamente) con la banda sonora de Novios (99), y aunque también escribí sobre ello tuvo menor impacto por tratarse de un filme menos relevante.
Conocemos la música de Amenábar en su contexto y suponemos la de Illarramendi en ese mismo contexto. Sería maravilloso poder tener la oportunidad de incrustar la música en la película para ver el resultado. En cualquier caso, no pudiendo hacerlo, podemos debatir sobre el nivel al que llevan el filme una y otra música. Y son dos bien distintos, ambos buenos, pero completamente diferentes.
Dice Luis Carlos Espinosa:
La (banda sonora) de Illarramendi es mucho mas espectacular y bonita para escuchar en disco, es mejor música, pero no estoy tan seguro de que fuera la idónea para una peli en el fondo tan pequeña y tan íntima. Creo que se la "comería" por todos lados, y eso debió ser lo que le asustó. La de Amenábar no es gran música, pero queda con la película como un guante. Recuerdo llorar en la escena final gracias a la música, tan simple, pero tan limpia.
Le responde Dion Baillargeon Binimelis:
Yo estoy por completo en desacuerdo. No creo que la música de Illarramendi se hubiera "comido" la película. A mí me basta ver el trailer para quedar convencido de que no es así. De no haber sido rechazada, estoy seguro de que ahora te parecería tan "perfecta" e inseparable del filme como la de Amenábar. La música de Illarramendi es mejor en todos los aspectos, y hubiera elevado mucho más la película sin cargarse su atmósfera intimista. Esa es, precisamente, la virtud del compositor.
La película es sencilla: "Algodón y esparto", como dice Cuerda. Pero esa es la materia de la película. Illarramendi aportaba el ESPÍRITU detrás de la materia. Y ese espíritu era mucho más grande, mucho más expansivo. Yo siempre he escuchado la música de Illarramendi como un intento de hacerle sentir al espectador la gigantesca belleza que se oculta detrás de la sencillez. Su trabajo hubiera sido mucho más efectivo añadiéndole esa capa de emoción, espíritu y significado a la película. Que hoy en día nos llegue a parecer más "adecuada" la propuesta de Amenábar creo que es un signo de estos (tristes) tiempos. Estamos tan acostumbrados a que la música de cine vuele siempre "a ras de película" sin aportar nada sustancialmente diferente que ya cualquier cosa nos parece excesiva. Nos quedamos en la materia.
Luis Carlos Espinosa:
No, no, a mí no me parece más adecuada hoy en día, ya me lo pareció en su momento, y la ví cuando se estrenó. Como he dicho la de Illarramendi es mucho mejor música, no hay color, pero imagino esa escena final con el tema de Illarramendi, tan épico y marcial, que me da que se comería una escena tan intimista que casi era mejor sin música. Illarramendi, en muchas ocasiones, pecaba de ser demasiado "grande" en películas pequeñas. Y creo que ese fue una de las razones por las que Gracia Querejeta dejó de llamarle inmediatemente desupés de morir su padre (Elías Querejeta) que era, según tengo entendido, quien le imponía. Pero vamos, que me chifla su musica, también la no de cine.
Dion Baillargeon Binimelis:
Pues discrepo. Hoy y en su momento.
Yo creo que los dos puntos de vista (fantásticamente expuestos, por eso los he querido archivar en MundoBSO) son defendibles. Yo opino sustancialmente como Dion pero creo que la opinión de Luis Carlos es absolutamente válida, y muy sólida. Dion se lamenta de la mucha trascendencia que el filme pierde sin la música de lllarramendi (De no haber sido rechazada, estoy seguro de que ahora te parecería tan "perfecta" e inseparable del filme como la de Amenábar) pero no es menos cierto que a Dion (y a mi) Luis Carlos nos podría contraargumentar: De no haber existido (la música de Illarramendi), estoy seguro de que ahora la de Amenábar os parecería perfecta e inseparable del filme, y habría que darle la razón pues hay que decir creo que categóricamente que si la película es lo que es lo debe en su justa medida a la brillante aportación de Amenábar. Pero lo cierto es que con Illarramendi sería otra película, diferente, sin cambiar un fotograma ni un diálogo. Sería una película considerablemente diferente. Lamentablemente no podemos elegir la manera de verla. Y eso habría sido una gran idea.
Y, por cierto, GRACIAS José Luis Cuerda por tu invalorable contribución a nuestro cine. DEP.