Si alguien se siente totalmente feliz con todo, creo que probablemente no sea un muy buen compositor. Creo que si se alguien llega al final de un proyecto y piensa: "Esto es realmente bueno, soy grandioso" le diría que lo dejen por favor, no quiero escuchar su música. Las personas deben ser críticas con su propio trabajo. Pero la pregunta es: ¿pueden ser críticos hasta llegar a un punto en que mejore o pueden llegar a destruir todo si son demasiado críticos? Y sí, eso puede suceder. Si son demasiado críticos al inicio, especialmente durante la composición, quizá nunca empiecen.
Explica John Powell que he aprendido que nueve de cada diez veces hay suficiente tiempo más adelante para decidir si quiero eliminar algo. Yo seré crítico conmigo mismo, pero abandono esas críticas al empezar, pero seré crítico con mi trabajo hasta el final del proyecto.
Comentario: Powell asume como propia la frase del escritor D. H. Lawrence expuesta en su obra Women in Love (1920) que rezaba que El verdadero punto débil de su inteligencia es la falta de facultad autocrítica. Autocuestionarse debe formar parte del proceso creativo de quien escribe música para el medio audiovisual porque la música es tan determinante que una decisión errónea puede dañar o alterar la explicación del resto de la película. Y esto forma parte de lo que es ser compositor de cine:
Es una pregunta difícil. Soy un "compositor para películas" o soy alguien que es un cineasta que puede "componer"? Empecé como "compositor" porque me interesaba la música, pero trato de ser hábil para controlar mis propias ambiciones musicales. Existe el peligro de ser demasiado ambicioso musicalmente y eso puede perjudicar a la película (...) Algunos compositores en Hollywood son muy buenos para servir a la película pero componen música que yo nunca querría escuchar, o que nunca querría componer, porque pienso que no ofrecen ningún valor adicional más allá de apoyar el drama. Ahora bien, ese es nuestro trabajo, apoyar el drama. Me gusta tanto la música que quiero tratar de componer música que haga ambas cosas. Eso lo hace mucho más difícil.
Comentario: Esta es otra de las declaraciones que evidencian la categoría profesional de Powell. La película y solo la película es el objetivo de un compositor que hace cine; lo que no sea eso es parasitarse al filme por ambiciones personales. A partir de esto, es lícito intentar hacer la mejor música posible, pero siempre y cuando eso redunde en beneficio de la película: no son pocas las circunstancias en las que una buena música no es necesitada. Sobre este respecto recomiendo:
Powell dedica un tiempo a comentar el valor del trabajo en equipo, ya sea con otros compositores o con asistentes, y es elogiso cuando se refiere a Hans Zimmer: él celebra que muchas otras personas trabajen con él, le da perspectiva de las cosas, puntos de vista alternativos que nunca habría considerado. Le da una manera de compartir su conocimiento con otras personas. Es una universidad increíble que no existe en ningún otro lugar y yo fui un gran beneficiario de eso.
Y a continuación explica:
El "secreto sucio" en Hollywood fue siempre que todos usaban "compositores fantasma", todos los compositores conocidos. No John Williams ni Jerry Goldsmith, ellos no. Pero existían muchos equipos para componer porque los estudios necesitaban composiciones muy rápidamente. André Previn fue un "escritor fantasma" para muchas cosas de Fox, creo. Y Hans fue la persona que cambió eso y algunos se enojaron con él por eso. Todavía hay muchos compositores en Hollywood que aparentemente "componen" ellos mismos pero no es así, pero otros sí componen todo ellos mismos porque son increíblemente eficientes. James Newton Howard puede entregar una composición más rápido que lo que he visto en toda mi vida, su rapidez es increíble. Pero también los hay que son algo mediocres y que usan a muchas personas y nunca permiten que nadie se entere de eso.
Hasta aquí nuestro resumen de esta charla del compositor ante las cámaras. No ha tenido la profundidad y diversidad de materias abordadas que la que en su momento tuvo la de Hans Zimmer, que nos dio nada menos que para once artículos, pero es apreciable por sus declaraciones sobre principios, sobre el oficio del compositor cineasta y sobre la adaptación a la realidad de los tiempos actuales que sin duda pueden servir de guía a los compositores emergentes.