En este ejemplo, hemos tomado dos escenas de The Lost City of Z (16) y le hemos puesto músicas alternativas. Son tres versiones (incluida la real) que son sensible o considerablemente diferentes, que demuestran cómo la música puede cambiar el modo en cómo nos llega una escena. Las tres opciones son buenas, ninguna es mala, simplemente dan resultados distintos. Es parte del ENORME poder que tiene la música.