Octava entrega de esta serie personal en la que explicamos sin orden de preferencia cuáles son, a juicio de Conrado Xalabarder, las mejores bandas sonoras de la Historia.
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8.- A PASSAGE TO INDIA (David Lean, 1984). Música: Maurice Jarre.
Cuando ví en su estreno A Passage to India recuerdo que me quedé en shock. Fue una impresión inesperada. Yo tenía entonces 19 o 20 años y un par de años atrás, estudiando el idioma en Inglaterra, había leído la novela de E.M. Foster. Cuando supe que David Lean rodaba una adaptación, salté de alegría porque yo mentalmente ya había hecho mi propia versión cinematográfica. Le había puesto mucha, muchísima música: épica, romántica, trágica, grandiosa. Y al saber que Lean se ocupaba de ella, estaba preparado para lo máximo: después de todo, Lawrence of Arabia (62) fue inmensa; Doctor Zhivago (65) fue inmensa también, y Ryan's Daughter (70) no se quedó atrás en epicidad e intensidad. En todas ellas Maurice Jarre había estado para impactar y para emocionar. Yo por aquél entonces no sabía ni había descubierto aún que la música estaba también para narrar, así que me preparé para asistir a otro gran espectáculo de Lean/Jarre. Se apagaron las luces del cine, se corrieron las cortinas (en aquellos tiempos sucedía eso en toda sala de cine que se preciara) y se disparó la película. Unos títulos de crédito a lo grande con una música a lo grande: el exotismo de la India, intensidad, romance, drama... empieza el espectáculo.
El desconcierto no tardó en llegar en cuanto ví que no veía música por casi ninguna parte: sí, cuando Adela Quested va en bicicleta y descubre entre la maleza ese templo pornográfico, pero ¿nada más? ¿Y los increíbles paisajes? Nada. ¿Y el viaje hasta las cuevas? Ni una nota de música. ¿Y...? Nada. Y cuando había asumido que esta película rara no tenía la música que esperaba en una película de Lean ni por supuesto la que yo había imaginado al leer la novela... de repente, finalizado el juicio donde se muestra la invención de la lerda de Adela, pues aparece de la nada la grandiosa música de Jarre para los paisajes del Himalaya. ¿Por qué ahí sí, donde no era tan importante, y allá no, donde parecía capital? Salí del cine con una sensación rara, de no haber entendido nada. Me decepcionó y dí la película por mala, y así se lo expliqué a mi gente y a mis amigos. Un Lean menor que no me había emocionado como las historias de Lawrence, de Zhivago o de Rosy Ryan. Carpetazo, pues, y olvido.
Pero afortunadamente no hubo olvido porque durante días le estuve dando vueltas intentando comprender el sentido de tanta ausencia. Se me ocurrió volver a ver la película para conectar esos momentos escasos y muchas veces difuminados de música, para ver si había algún tipo de conexión, de lógica. Y entonces volví a tener un shock, pero de los que realmente me gustan tener: ¡esa música no está fuera sino dentro de ella! ¡Esa inmensa India musical ha sido metida en la vagina de Adela Quested para volverla loca! Es exactamente lo que ví y lo que al salir del cine expliqué a todo el mundo que quiso escucharme: la India, sus colores y calores, sus olores y embriagamientos, habían perturbado emocional y sexualmente a la pizpireta Adela y la música era exactamente lo que estaba expresando. La perturbación de Adela ya la conocía por la novela; lo que no me podía imaginar es que Lean y Jarre hubieran ideado, desde la música, su más turbación.
Muchos años después, en 2004, tuve un encuentro con Maurice Jarre y corroboró todo lo que le expuse, para inmensa alegría mía. La genitalización de la música había sido deliberada:
"En esta ocasión (A Passage to India) Lean me dijo que no quería que la música que crease saliese de mi estómago o de mi corazón, como en las anteriores películas. Fue muy explícito: se llevó las manos a sus genitales y me espetó: haz tu música pensando solo en esto".
El vídeo que hice hace ya seis años, y que adjunto, no es más que la exposición de lo que revela la música. ¿Cuándo se había hecho antes algo similar, dramática y narrativamente hablando? ¿Cuándo ha vuelto a hacerse? La música para la más turbación es un hito que estoy seguro los que la conozcan no podrán leer la novela de Forster sin pensar en ella. Es una verdadera genialidad.
Películas anteriores: