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MASTERCLASS DANNY ELFMAN 2

26/02/2020 | Por: Conrado Xalabarder
CRONICAS

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Continuamos repasando y comentando el curso Danny Elfman Teaches Music for Film, impartido desde la web MasterClass por el compositor norteamericano.

  • The Mystic Knights to Oingo Boingo (de The Mystic Knights a Oingo Boingo)

Danny Elfman explica que entró en el cine como resultado de un viaje loco. A pesar de vivir a mediados de los años setenta del Siglo XII, en mi cabeza yo vivía en el Harlem de 1933, que era donde yo pertenecía. Tuve la mala suerte de vivir en el Los Angeles de 1975, que no significaba nada para mi. No quería escuchar nada escrito después de 1936. Así, se dedicó a escribir arreglos y piezas como Piano Concerto Number 1 1/2 de Oingo Boingo, y confiesa que se empezaba a sentir bien con lo que hacía, hasta que un día escuchó por la radio Too Much Pressure, de The Selecter, música ska inglesa: me encantó la música africana que escuché ahí, del género Highlife, semi-inspirado en el reggae con un poco de salsa. Fue un chute de adrenalina. Decidió entonces que quería formar parte de una banda de Ska y en un año The Mystic Knights se disolvió.

Comenta que en los siguientes años no tenía que escribir música, pues no se hace con un grupo de rock: uno toca la guitarra y los demás le siguen. Y en su momento pensó que hasta entonces había estado perdiendo el tiempo, siete años de vida perdidos, con todo el trabajo hecho, el entrenamiento del oído, el concierto de piano... todo era inútil para mi. Un momento: ¿Seguro?

  • Pee-wee

En 1985, explica Elfman, recibió una llamada de su representante en Oingo Boingo y le dijo que quería verle un joven animador de la Disney llamado Tim Burton, que estaba haciendo su primera película con Paul Reubens interpretando a su célebre personaje Pee-wee Herman. El compositor, que no le conocía, se reunió con él, suponiendo que le pediría alguna canción, dado que por aquél entonces ya hacía canciones para el cine con Oingo Bongo. Pero le dijo que quería que le hiciera la banda sonora. ¡Yo no sabía nada de música para cine! Le pregunté: "¿Y por qué yo?" y él me respondió: "No sé, he escuchado Oingo Boingo y visto el grupo, y pienso que puedes hacerlo".

Le enseñó entonces una escena del filme.

Mientras veia la escena de Pee-wee con la bicicleta, comenzó a sonar música en mi cabeza, algo que jamás me había sucedido, nunca había respondido al estímulo visual, pero escuché algo en mi cabeza.

En su estudio escribió una demo, la grabó en un cassette y se la mandó a Tim Burton, convencido que el director la tiraría. Pero no fue así y a la semana su agente le informó que le habían aceptado, pero Elfman se echó atrás: Dile que no puedo hacerla, ¡le fastidiaré la película, y es una persona adorable! Pero no quiero estropear su película. Su agente no le hizo caso y le dijo a Elfman que fuera él en todo caso quien llamara a Tim Burton. Y tras un día dándole vueltas, decidió hacerla: ¿Y por qué no? Si le estropeo la película será su culpa, él me eligió. ¡Ya encontrará a otro compositor que le haga una buena banda sonora! Y esa demo fue el tema principal de Pee-Wee's Big Adventure (85)

  • Timing is Everything (la sincronización lo es todo)

A mediados de los años ochenta la música para la comedia era algo rara. Nadie sabía bien lo que hacer. Todo lo anterior estaba desapareciendo y comenzaban nuevos estilos: de algún modo la música de cine orquestal estaba desapareciendo y en su mayoría las comedias se musicaban con formaciones parecidas a las jazzísticas, pequeñas o incluso con sintetizadores. Especialmente en comedias no se sabía muy bien lo que hacer. Y poco podía imaginar que lo que hice para Pee-Wee's Big Adventure fue lo adecuado en el momento adecuado.

Cuenta Elfman que la experiencia de grabar con orquesta y escuchar su música ser tocada por ella, lo que nunca le había sucedido, que sonaba mucho mejor de lo que llegué a imaginar en mi cabeza, fue lo que le decidió a dedicarse a esta profesión.

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Nuestro Comentario:

Un breve (y primer) comentario a lo que expone Elfman se refiere ineludiblemente a ese mágico momento en el que un compositor interactúa con la película: comenzó a sonar música en mi cabeza, algo que jamás me había sucedido, nunca había respondido al estímulo visual. Puede parecer una irrelevancia pero no lo es: el compositor afirma que tras años escribiendo y creando música y tras toda una vida viendo cine encontró, y experimentó, un primer punto de sinergia entre película -no imagen- y música. En otras palabras, el compositor estaba dialogando de modo espontáneo con el filme, no con las imágenes sino con las acciones. Es curioso que no le hubiera sucedido antes, pero es llamativo que tras esa primera vez ya no quisiera hacer otra cosa. Le quedaba aún trayecto para convertirse en cineasta, pero fue un primer paso.

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