En los Goya, los Oscar, en cualquier premio y también en cualquier referencia informativa o crítica de cine se distingue entre apartados artísticos y apartados técnicos, a un sector de los que hacen la película se les llama equipo artístico y al otro equipo técnico. Es una distinción injusta, perniciosa y sobre todo falsa, y no solo en lo que se refiere a los compositores.
En las absurdas ficha artística y ficha técnica no se encontrará en las primeras a los Morricone, Williams o Goldsmith, pero los compositores no son técnicos, son creadores, son artistas. Pero mientras se les siga encasillando donde no corresponde se les minusvalorará, relegará a un nivel inferior y se desconocerá el alcance real de su aportación en el cine.
Pero no solo sucede con ellos, además:
Llamar técnicos a cualquiera de los o las anteriores es despreciar sus creaciones. Técnicos son los electricistas, claquetistas, sujetaperchas, conductores y un largo etcétera cuya aportación no es artística pero sí muy valiosa. Por supuesto puede darse el caso que el trabajo desempeñado por cualquiera de los oficios que hacen cine sea meramente técnico: el ruido de un vaso que cae y se rompe tiene más de técnico que de artístico, pero arte es crear sonidos que generen un entorno de claustrofobia, como por ejemplo en películas de David Lynch.
La fotografía es herramienta artística capital en el cine de Terrence Malick pero no en el de Luis Buñuel, y el montaje forma parte del metalenguaje en Scorsese aunque con Fellini no tiene esa relevancia dramática ni narrativa; en cambio, Fellini necesita del vestuario y la escenografía para crear película, y sus escenógrafos y figurinistas trasladan a sus diseños el mundo del director, aportando sus propias visiones: no son técnicos, son artistas.
Cuando la aportación de todos estos profesionales se reduce a lo técnico, y es algo que se escucha o lee con frecuencia, esta falsificación de la realidad llega a oídos y ojos de millones de personas, con las malas consecuencias que se derivan. Los compositores no son técnicos, no son parcheadores, ni gondoleros, ni albañiles que encajen su música en imágenes, aunque haya ocasiones en que deban hacerlo por el bien de la película. Son cineastas, como lo son también los sonidistas, montadores, maquilladores, etc.
Este es un artículo que podría haber sido publicado en el apartado Debate del Ágora pero es que creo que no da lugar a debate alguno, sino que forma parte del conocimiento de lo que es la música de cine (y las otras artes que hacen cine), y por tanto la gente debería saber y no dudar que quienes crean dramaturgia o narración, son también artistas. Entre ellos, quienes aportando música aportan cine.