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ETERNO MORRICONE

26/09/2021 | Por: Conrado Xalabarder
CRONICAS

ETERNO MORRICONE

FIMUCITÉ ha dado el protagonismo en su XV edición al homenaje a Antón García Abril (crónica del concierto aquí) y a Ennio Morricone, con un concierto en el Auditorio de Tenerife que tuvo lugar el viernes y también el sábado. Con las desgraciadas limitaciones derivadas de la pandemia y aforos tan restringidos, los dos conciertos juntos sumaron un auditorio -nada desgraciado ni restringido sino hermoso y enorme- un lleno prácticamente absoluto. Y es que Ennio Morricone sigue siendo, más de un año después de su muerte, tan querido como respetado.

Este afecto y respeto fue mostrado y demostrado por todos los participantes en el evento duplicado: la Orquesta Sinfónica de Tenerife, el Tenerife Film Choir, Diego Navarro y Juan Ramón Vinagre (directores de la orquesta y el coro, respectivamente) y las participaciones como solistas de Carmen Acosta (soprano), Kike Perdomo (Saxos) Gonzalo de Araoz (Guitarras) y un maravilloso debutante -fue este su primer concierto sinfónico- llamado Guillermo Perez Alberto, que cautivó (y hasta enamoró) con la dulzura de su armónica.

El programa fue diverso, con temas archiconocidos -y también magistrales- de The Untouchables (87), The Mission (86), Novecento (76), Nuovo Cinema Paradiso (88), Le clan des Siciliens (69) o C’era una Volta il West (68), y también con temas que no son tan conocidos pero pese a ello igualmente magistrales, como los de Giù la testa (71) o Metti una sera a cena (69). En bises, aparecieron Malèna (00) y, como no podía ser de otra manera, Il buono, il brutto, il cattivo (66). Pese a ello no fue un concierto ultraconservador (como por ejemplo el que se celebró en Oviedo con ocasión de los Premios Princesa de Asturias, que sí fue el concierto de siempre), ya que por lo menos en Santa Cruz de Tenerife se incluyeron temas no principales de varias de esas películas. Sí, podía haber sido otro concierto, con un programa más atrevido (y posible, que no siempre las partituras o derechos son accesibles), porque con Morricone se pueden hacer decenas de conciertos diferentes y con resultados todos excelentes: ¡a mí me encantaría escuchar en auditorio el concierto El Morricone más canalla, de nuestro podcast!, pero hay que llenar auditorios y es inevitable incluir títulos de reclamo.

Yo no puedo ser objetivo, porque amo demasiado a Morricone y porque, como me sucede con todos los compositores, los prefiero dentro de sus películas. Pero escuchar música de Morricone en concierto me eleva y me sublima como ningún otro compositor, así que no puedo ser objetivo poque me da igual lo que programes mientras sea de Morricone, si se me entiende. Pero fue un buen programa y un buen concierto, con algunas cosas que me gustaron muchísimo y otras no tanto, pero en términos globales fue un concierto que mereció los aplausos de la audiencia. Funcionó irregular en su primera ocasión, el viernes, y mucho mejor en la edición del sábado.

El viernes, antes del concierto de Morricone, se entregaron los Premios Musimagen (llamados formalmente Premios de la Música para el Audiovisual Español), y se contó con la presencia de sus ganadores en las diversas categorías: Koldo Uriarte (Baby) Darío Palomo (Emilio Herrera) Sergio Jiménez Lacima (El desafío: ETA) y Daniel Trujillo (Allianz, Descúbrete). En representación de Musimagen, su nuevo presidente, Xavier Capellas, fue anunciando los galardonados. Solo conocía en lo personal a Capellas y a Trujillo, a Uriarte por su doble participación en el Café MundoBSO -aunque nada como el contacto personal- y por vez primera (en cualquier forma y modo) a Jiménez Lacima y Palomo. Me resultó muy grato: son gente interesantísima a los que se debe escuchar (la música pero también sus reflexiones) y a los que hay que apoyar, sin dejar por ello de ser crítico con sus creaciones. En cualquier caso fueron premiados y se interpretó una breve suite pupurri de las obras versionadas para orquesta sinfónica, aunque sin que aparecieran los títulos que correspondían a cada pieza, lo que generó una inevitable confusión, algo que no debió haber sucedido.

Del primer concierto en sí, lo que menos me gustó fueron las intervenciones de la soprano, algo impostada y extraña a mi modo de ver en Metti una sera a cena, y algo mejor en C’era una Volta il West y por supuesto en Il buono, il brutto, il cattivo. Pero al día siguiente se la escuchó más relajada y segura y sus apariciones fueron considerablemente mejores. La orquesta funcionó bien bajo la atenta y entregada dirección de Navarro, pero estuvo mejor también en el segundo concierto. No hablo de modo general, pues hubo piezas impecables ya en el primer concierto, sino de modo global. Los demás solistas estuvieron estupendos en ambos conciertos, pero quiero resaltar el debut escénico (al menos con orquesta sinfónica) del armónica Guillermo Perez Alberto que por su gestualidad dio un punto de mucha ternura en sus apariciones, que fueron tocando temas de The Untouchables y, cómo no, C’era una Volta il West.

El coro -con las muchas limitaciones impuestas por las restricciones- estuvo a la altura de lo esperado y palió las carencias de masificación coral que imponían temas como los de The Mission, y su esfuerzo se vio recompensado con una interpretación entregada y a la altura. La orquesta también mostró y demostró su profesionalidad y Diego Navarro salió mucho más que airoso del reto de llenar el auditorio de la magia y sobre todo la inteligencia de Morricone.

Este concierto fue grabado, así que en unos meses cada persona podrá vivir la experiencia a su manera en cuanto sea retransmitido, como todos los años, por RTVE.

FIMUCITÉ no son solo conciertos. Estos días en que estuve también hubo dos charlas en el Film Scoring Academy: la primera tuvo lugar el viernes y fue magnífica. Gorka Oteiza (SoundTrackFest) moderó una mesa redonda donde Darío Palomo, Xavier Capellas y Daniel Trujillo disertaron sobre las realidades en la creación para el cine, televisión y publicidad. Sobre lo hablado y reflexionado habrá que disertar y extender en futuras ocasiones, pues grande es el aprendizaje que puede obtenerse y compartirse de sus experiencias. La segunda charla la dí yo, pero no me parece pudoroso hablar de mí mismo sobre mi propia charla, así que simplemente señalo que estuve y bien orgulloso de haber estado.

Finalmente, los Premios Fimucinema se han concedido así:

  • Premio Fimucinema Alex North a la mejor partitura original: Marvin Miller y Ralf Wengenmavr, por Jim Knopf und Die Wilde 13 (20)
  • En el apartado de cortometraje, el Premio Fimucinema a la Mejor partitura original ha recaído en Saba Alizâdeh, por su trabajo para Navozande, le musicien.
  • En la categoría de Mejor canción original, el Premio Fimucinema ha sido para Marín Moore, por El Baile del Estornino.

Esta ha sido otra edición de tránsito y de supervivencia. Fimucité lleva quince años y ahora comienzan el camino a la edición 16. Siempre estaremos con ellos. Lo merecen.

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