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LA MÚSICA SIEMPRE GANA (18)

25/11/2021 | Por: Conrado Xalabarder
TEORÍA

Hay numerosos estudios y tratados que explican el uso dramático del color en el cine. Es más que evidente que el color forma parte de la creación de una película: los colores que muestra un filme rarísimamente coinciden con los colores reales que existen en la vida y que vemos con nuestros ojos. Bien al contrario, con la manipulación de los mismos se genera una determinada reacción en la audiencia. La fotografía es cinematografía. El color, por supuesto, también. Esos estudios y tratados explican la psicología que hay en el uso de los colores: basta con poner en el buscador de Google Color in film para llegar a varios de ellos. Recomendamos este.

Resumidamente:

  • Rojo: amor, pasión, violencia, peligro, furia, poder
  • Rosa: inocencia, dulzura, feminidad, jovialidad, empatía, belleza
  • Naranja: calidez, sociabilidad, amistad, felicidad, exótico, juventud
  • Amarillo: locura, enfermedad, inseguridad, obsesión, idílico, ingenuo
  • Verde: naturaleza, inmadurez, corrupción, ominoso, oscuridad, peligro
  • Azul: frialdad, aislamiento, cerebral, melancolía, pasivida, calma
  • Lila: fantasía, etéreo, erótico, ilusorio, místico, ominoso

En esos estudios se ponen abundantes ejemplos. Uno significativo que recuerdo no es tanto del color de la fotografía sino del vestuario: el de Scarlett O'Hara en Gone With The Wind (39), cuyo color cambia en función de lo que ella va a hacer (el rojo para seducir, el verde para pedir, el negro para sufrir, etc)

¿Qué sinergias pueden establecerse entre colores y música? Parece obvio que debe haberlas, incluso para contradecirse: en The Revenant (15) los escenarios grandiosos y los colores agradables de la Naturaleza son contrarrestados por una música que se concentra en generar un ambiente de permanente incomodidad, desasosiego, que es helado, cortante, hiriente. Todo ello por razones dramáticas: el bellísimo paraje es un infierno para el protagonista y así debe serlo para la audiencia. Pero cuando van a la par, ¿qué es más poderoso, el color o la música?

En el documental The Story of Looking (Mark Cousins, 2021) el cineasta y experto en cine Mark Cousins explora el papel de la experiencia visual en el cine (también en la vida real) y pone como ejemplo The Wizard of Oz (39) señalando la aparición del color en la película como un estallido visual que en blanco y negro quedaría en nada y dejaría prácticamente desarmada y sin sentido la música de esa escena.

Yo creo que no es cierto, y por esa razón he preparado este vídeo para intentar demostrar que la música sí aporta color y de alguna manera también reemplaza la ausencia del color. La música sigue siendo un elemento minusvalorado cuando no despreciado incluso entre quienes son historiadores, estudiosos o críticos, y por esa razón hay que demostrar empíricamente que la música, en realidad, (casi) siempre gana.

 

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