Todo aquello que afirmes sobre música de cine pero el cine niegue, queda negado. Todo lo que niegues de la música de cine pero el cine afirme, queda afirmado.
Esta es una máxima mía que me aplico a rajatabla y que defiendo como modo de entender, interpretar y explicar la música de cine. Son muchas las aseveraciones sobre la música de cine que el cine niega y no son pocas las negaciones que el cine afirma. Como sucede en todos los ámbitos a veces se dan explicaciones o definiciones precipitadamente, sin reflexionar o sin estudiar empíricamente lo que se afirma o se niega. En algunas ocasiones es por falta de conocimiento -nadie nace aprendido- y en otras ocasiones por las prisas en querer demostrarlo, y estos son los casos peores pues suelen manifestarse en tonos tajantes o frases grandilocuentes, que luego resultan relativamente fáciles de desmontar.
Estos son algunos de los tópicos sobre música de cine más usuales. De algunos ya hablé tiempo atrás, por lo que adjunto los vídeos y matices si fuera necesario.
No. La mejor banda sonora es la que es más útil a la película. De nada sirve una estupenda música si confunde en lugar de aclarar o si pretende dar una información que la audiencia no comprende. La música ha de ser útil, nada hay peor que una música inútil. Es de sentido común aplastante. Aceptada esta premisa obvia, podría entonces defenderse que, siendo útil y cumplimentando las necesidades del resto del filme, debe ser además buena música. ¡Pues tampoco! Una mala música puede ser lo que la película necesite. Aquí lo explico en dos artículos:
De este tópico, que como hemos visto el cine niega categóricamente, surge una suerte de subtópico que también es negado por el cine: la música, si no se nota, no debe ser tan importante. Es totalmente falso: hay veces que es imperativo que la audiencia no se percate de la presencia de la música para ser útil al filme, del mismo modo que sucede lo contrario. Hay tres artículos que están relacionados y que creo que es muy importante leer:
La expresión música para las imágenes, tantas veces leída o escuchada, es una minusvaloración completa de lo que es la música de cine. Música para imágenes lo es cuando lo es para las imágenes (la música de un paisaje), pero cuando se aplica para poner en pantalla un pensamiento o referencia (la chica está pensando en el chico y la audiencia lo sabe porque suena la música del chico, por ejemplo), entonces no es música para las imágenes, porque no hay imagen alguna del chico y porque la música desconsidera por completo el paisaje o las nubes del escenario: no es su objeto de atención. Este es un asunto capital porque es importante diferenciar cuándo la música sí es para explicar las imágenes y cuándo no, y este tópico reduce a lo elemental aquello que es mucho más complejo. Recomiendo la lectura de este artículo.
Hay un par de tópicos relacionados, el primero de ellos afirma que la música no debe estar por encima de las imágenes. Si en un paisaje apacible la música es de un frenesí apocalíptico y esa divergencia tiene sentido y utilidad para la película, ¿diríamos que la música está por encima o por debajo de las imágenes? Aunque no tiene mucho sentido la afirmación (¿qué significa exactamente encajar -como he indicado en el vídeo- o estar por encima de las imágenes?) parece claro que la música sí puede ser el elemento más categórico y dominante.
El segundo hace referencia a que la música acompaña las imágenes/la película. Al respecto se ha de decir que los actores no acompañan las imágenes/la película, el montaje no acompaña las imágenes/la película, la decoración no acompaña las imágenes/la película, los efectos especiales no acompañan las imágenes/la película... todos hacen película porque son película, exactamente igual que la música, que no acompaña las imágenes/la película porque ella misma es película y forma parte de la dramaturgia o de la narración (la dramaturgia y la narración son creación, no acompañamiento).
En este artículo desarrollo algo este vídeo:
Hay una tendencia demasiado generalizada a querer subrayar y destacar la importancia de la música de cine usando las matemáticas y los porcentajes. También suele decirse del sonido en el cine. Pero ni el sonido ni la música equivalen al 50% de lo que es el cine. ¿Y por qué no el 60, o el 30, o el 21,6%? Es obvio que depende de cada película y de lo que esa película necesite del sonido y de la música. El único porcentaje cierto es el del 100% de la fotografía, y en según qué casos (animación) ni eso.
Hay maravillosas películas que no necesitan música o que se valen con muy poca de ella o incluso que la que tienen no es de relevancia dramática o narrativa, y en cambio otros elementos (montaje, decoración, los que sean) son capitales. Pasa lo mismo a la inversa, que hay películas que dependen muchísimo del sonido y de la música, como todos sabemos. Pero este empeño tan recurrido de querer explicar la (absoluta) importancia del sonido y de la música como elementos dramáticos y narrativos a través de absurdos y falsos porcentajes es un error monumental porque no explica nada y lo confunde todo.
Creer que una banda sonora es mala porque la película lo es o suponer que un buen filme no puede tener una mala banda sonora es no entender que el cine es una suma de disciplinas que dan un resultado final y una nota global, pero donde hay elementos que pueden ser sobresalientes, aunque eso no sirva para el aprobado. Exactamente igual que cuando íbamos al colegio, aprobábamos unas asignaturas, suspedíamos alguna y éramos excelentes en otras...
¿Acaso una película mala no puede tener un estupendo vestuario, un magnífico montaje, una espléndida interpretación o un buen guion? Hay magníficas películas que sin embargo tienen una fotografía mediocre o poco cuidada, o un vestuario pobre. Quizás porque no lo necesiten; quizás porque no se le haya dado importancia. Pues por la misma razón que hay estupendas películas con músicas irrelevantes hay pésimos filmes con músicas y especialmente guiones musicales ejemplares, de los que aprender y mucho. No contribuirán a lograr el aprobado del filme, pero habrán cumplido con lo que se esperaba de ellos. Recomiendo este editorial:
La lista de tópicos y clichés es más amplia. Afortunadamente el cine muestra y demuestra lo que es posible hacer con ella. Una vez más: todo aquello que afirmes sobre música de cine pero el cine niegue, queda negado. Todo lo que niegues de la música de cine pero el cine afirme, queda afirmado.