Un joven le genera problemas a un mafioso y ahora su vida depende del éxito de un futbolista con la rodilla lastimada.
El compositor deja al margen de cualquier consideración musical lo que concierne a la trama mafiosa del filme y se centra en la recreación de un entorno inocente, puro y esperanzado que aplica sobre el personaje protagonista, con algunos elementos de comedia. Su música, elegante, es intimista y tierna, pero también expansiva y vitalista. Gira en derredor de un notable tema principal al que aplica esa dualidad y que desarrolla con distintas modulaciones. Se acompaña de Baztan (12).