Adaptación de la obra de Benito Pérez Galdós en la que un huraño anciano intenta dilucidar cuál de las dos hijas de su nuera es su auténtica nieta.
Creación que aporta a la película una plácida sensación de calma y un decidido sentimiento nostálgico, que se corresponde con la personalidad del anciano personaje principal. Se sustenta en dos temas que conocen distintas variaciones a lo largo del metraje, ambos muy delicados, impregnados de cierta tristeza. Esta contención musical permite centrarse en lo que más interesa subrayar: la búsqueda de la verdad por parte del abuelo. Sin embargo, la película combina el trabajo del compositor con música clásica insertada de forma arbitraria y gratuita por el realizador, en especial un tema de Satie, tan reiteradamente empleado en el cine que aquí se antoja absolutamente innecesario y que, además, perjudica la música original, que es mucho más eficaz desde una perspectiva dramática y argumental. Esta edición incluye también la banda sonora de La herida luminosa (97).