Una periodista investiga un especial caso de asesinato: el de un bebé a manos de su madre, una novicia que afirma que fue Dios quien concibió a su hijo.
Hermosa y delicada partitura que mezcla lo postromántico con lo religioso, con voces corales espirituales y melodías de sutil belleza, que contribuyen a crear un entorno de gran apacibilidad y calma, a modo de una música propia del recinto monacal en donde transcurre la acción.