Cuando su hija es misteriosamente asesinada, un detective, sospechando que se trata de una conspiración, comienza a investigar.
La banda sonora de esta película fue inicialmente asignada a John Corigliano (está editada), pero acabó por ser rechazada y reemplazada por una creación de Shore que se ubica en un terreno muy característico y común en ambos compositores: la de la recreación de un ambiente turbio, oscuro y muy dramático, eminentemente psicológico pero también ambiental. Esta partitura se mueve eficientemente en este terreno, junto a una música de tono contenidamente afligido, muy bella, y música de suspense. Muy notable y sólida.