Una refugiada amnésica que es elegida como candidata idónea para reemplazar a la hija superviviente del Zar Nicolás de Rusia deberá sobrellevar su confusión con su nueva situación.
Banda sonora con la que Newman evoca la grandeza del imperio ruso y la tristeza de la joven amnésica. Ambos aspectos no son totalmente independientes entre sí, de modo que la parte más eufórica de la música contiene rasgos afligidos, mientras que la más dramática está aderezada de cierto optimismo. Para remarcar el fasto, el compositor utiliza polkas y dos valses, uno de los cuales se hizo muy popular. Para el drama, aplica una música muy delicada, de acorde con la frágil personalidad de la protagonista.
Muchos años después, el hijo del compositor, David, se encargó de la versión animada de esta película, en Anastasia (97).