A un inmenso complejo minero instalado en el espacio llegan unos malhechores y el encargado de seguridad deberá enfrentarse a ellos.
Para esta recreación galáctica de High Noon (52), el compositor escribió una elaborada partitura orquestal y electrónica, con la que reforzaba la acción, intensificaba el suspense, y daba un tono general árido y contundente, ideal para la ambientación espacial. Se acompaña de la banda sonora de Capricorn One (78).
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