En una prisión en la que dominan los malos tratos y las vejaciones, un preso planea una fuga que acaba convirtiéndose en un baño de sangre.
Implacable y enérgica partitura, en la línea que el compositor aplicaba en el género del cine negro, resaltando con sus melodías los aspectos más sombríos y ténebres de la condición humana, en base a un temario musical intenso y oscuro. Se acompaña de las bandas sonoras de Lust for Life (56), The Killers (46) y The Naked City (48).