Una joven es invitada por su familia lejana a pasar unos días en una mansión, sobre la que pesa una maldición. Sólo ella podrá escuchar las notas de un instrumento musical perteneciente a una joven familiar fallecida.
Sofisticada y elegante partitura que el compositor escribió en pleno apogeo creativo, cuando dominó en el Hollywood dorado por sus refinadas melodías, su adecuado sentido de lo dramático y la belleza de sus temas. Aquí aplicó todo eso y mucho más: un imponente tema de inicio y una sucesión de músicas ambientales y románticas en las que el tema principal iba paulatinamente desarrollándose. Fue un filme bien vestido musicalmente.